La navidad está llena de tradiciones y muchas veces no sabemos el por qué de estas. Así como el otro día hablamos de la tradición del árbol de navidad, hoy nos ha parecido interesante buscar información sobre el origen de las uvas de Noche Vieja y hemos encontrado varias explicaciones a esta tradición.
La versión corta de la historia, y la que es vox populi, es que se
trata de una tradición promovida en 1909 por agricultores de Alicante y
Murcia, deseosos de colocar el excedente de uvas que habían sufrido ese
año debido a una buena cosecha. Sin embargo, y aunque esta historia tiene algo
de verdad, su origen se remonta a algunos años antes.
La explicación plausible de por qué alguien decidió que era
buena idea pasar frío la última noche del año esperando que un reloj diera las
12 campanadas para atragantarse con una docena de uvas tiene su miga. Resulta
que en 1882 el alcalde de Madrid, José Abascal y Carredano, decidió imponer una
tasa de un duro a todos aquellos que quisieran salir a recibir a los Reyes Magos
la noche del día 5 de enero. El fin de esta otra tradición no era tal —no
confundir con la cabalgata de Reyes— sino más bien el de pasar una noche de
fiesta, borrachera y armando jaleo.
Este comportamiento se extendió y popularizó rápidamente en
la capital, hasta el punto de que en 1897 los comerciantes de la ciudad ya
publicitaban las uvas de la suerte, y en poco años se conocía en lugares tan
lejanos como Tenerife. Ahí es donde entran nuestros agricultores levantinos del
principio, que aprovechando su excedente de producción de 1909, realizaron una
campaña para promulgar y potenciar la costumbre por todo el país, y así poder
colocar su mercancía.
Está claro que les salió bien, y hoy pocos son los que no dan la
bienvenida al Año Nuevo con 12 uvas en la mano para ir comiéndolas al
son de cada campanada, o al menos intentándolo. La superstición dice que da
buena suerte, aunque peor suerte es atragantarse por intentar comérselas todas a
tiempo.
También conviene saber que las uvas de Nochevieja es una tradición
exclusivamente hispana, que también se exportó a otros países
hispanoamericanos como México, Venezuela, Argentina, Ecuador, Perú, Chile,
Colombia. En otros lugares no se toma nada con la uvas —fijaos si no lo
aburridas que son las Nocheviejas norteamericanas— y en algunos, como Italia, es
tradición tomar un plato de sopa de lentejas durante la cena, una tradición
romana que nos dará fortuna en el nuevo año.
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