miércoles, 21 de agosto de 2013

Alberto y Eli. Irlanda, la crisis de la patata



La Crisis de la Patata (también conocida como An Gorta Mór o An Drochshaol, Gran Hambruna) fue una crisis agrícola que asoló Irlanda entre 1845 y 1849. 



Esta crisis se generó por la ineficiente política económica del Reino Unido, los métodos inadecuados y arcaicos de cultivo y, como determinante, la desafortunada aparición del tizón tardío, rancha o mildiú de la papa provocado por el organismo protista Phytophthora infestans(de la clase de los Oomicetos, del filo de los Estramenópilos, antigüamente llamados hongos acuáticos), el cual destruía rápidamente la hortaliza, que era uno de los alimentos más importantes de la época y el país. Las consecuencias de la hambruna se dejaron sentir hasta después de 1851. No se registró el número de muertes causadas por la hambruna por falta de medios, pero la cifra estimada se sitúa entre los 2.000.000 y los 2.500.000 de víctimas en los años posteriores a 1846. 

La desfavorable situación del campesino irlandés complicó aun mas la situación: según las leyes vigentes, la tierra agrícola pertenecía a ricos aristócratas británicos y los campesinos irlandeses eran sus aparceros. Así, los irlandeses cultivaban el trigo que era exportado a Inglaterra, mientras ellos se alimentaban de los productos de la huerta familiar: sobre todo, patatas, gracias a que rinde más de una cosecha anual (2 a 4 según condiciones óptimas) y a que el tubérculo soporta condiciones de frío extremo, algo muy adecuado para un país de clima humedo y brumoso. 

Otra de las caracteristicas de esta crisis fue la absoluta indiferencia del Gobierno británico ante el sufrimiento de la población irlandesa, a quienes consideraban como "ah, si, esos miserables papistas salvajes". Los irlandeses vivían oprimidos bajo el yugo de los británicos, dando como resultado una contradicción: mientras los patatales morían, los trigales gozaban de buena salud, pero los irlandeses no podían acceder a este alimento, pues pertenecía a los terratenientes ingleses. Durante aquellos trágicos años no se sabe de ningún terrateniente británico que, movido por sentimientos humanitarios, abriera sus despensas a los hambrientos irlandeses, no se sabe que la corona inglesa tomara medidas paliativas para con sus famélicos súbditos literalmente muertos de hambre (Lo mas parecido fue pagarles el pasaje a América, y eso tras meses de dar largas). Si, en cambio, se sabe de terratenientes que ahorcaban como ladrones a todos aquellos de los que se sospechase accedían al trigo o simplemente les pareciera que la cosecha era poca. 

Esta hambruna motivó dos millones de desplazamientos y otros tantos emigraron a Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá, Chile, Argentina y Australia en lo que se conoció como la Diáspora Irlandesa. Entre muertes y migraciones, Irlanda perdió más de un cuarto de su población. La única medida que tomó el Gobierno británico para "impedirlo" fue exigir a los que se quedaban que trabajasen tanto como los que se habían ido. 

Efectos a largo plazo

La Gran Hambruna fue una catástrofe social, biológica, política y económica. Hay una notable diferencia entre la Gran hambruna y otras crisis humanas que ocurrieron cerca del Imperio británico, a la vez que la Revolución industrial. Marcó una línea divisoria en la historia de Irlanda. Sus efectos cambiaron en forma permanente el panorama demográfico, político y cultural de la isla. 

Tanto para los irlandeses nativos como para los emigrados y sus descendientes, la hambruna ingresó en la memoria del pueblo y se convirtió en un punto de sustento para diversos movimientos nacionalistas. Los historiadores modernos la ven como una frontera en la narrativa histórica de Irlanda, refiriéndose al período precedente como la historia "pre-hambruna". 

Los efectos de la hambruna continuaron durante décadas y la población de Irlanda todavía no ha recobrado los niveles previos a la hambruna. Entre 1841 y 1851 la población del país disminuyó de 8,2 a 6,6 millones. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario